Las chicas nuevas
PV Alex
Soy Alex un chico de 18 años, estudiante de último año en uno de los colegios más prestigiados de todo New York… tengo vida tranquila, padres con dinero, y nada por lo cual quejarme, buenas notas y buena amigos, claro algunos más que otros pero eso no es lo importante… hoy era lunes tendría un día muy normal como todos, llegue un poco temprano ya que habíamos quedado en reunirnos con unas chicas nuevas, yo era el presidente del comité de bienvenida y pues hoy era el inicio para muchas chicas nuevas… a mí la verdad no me emocionaba, pero todos me decían “que envidia conocerás muchas chicas”… no es que sea gay o algo así es solo que para mí el amor es algo serio y quiero que cuando llegue el momento de enamorarme sea con la persona correcta, bueno era eso y que me cuesta mucho expresar mis sentimientos, mi padre dice que soy igual que mi madre, ella le dijo que lo amaba hasta la noche de bodas, algo raro, pero en parte lindo, bueno para mi así lo era… como tenia chofer el cual iba y venía todos los días por mí, me senté en las escaleras de la entrada a esperar las chicas nuevas.. Llegaron una a una, hasta que habían 10… seguro solo eran esas o eso creía yo
—espera, falto yo—era una chica rubia algo bajita, de ojos azules y con una sonrisa que iluminaba todo a su paso—lamento llegar tarde es que mi vuelo se retrasó y fue todo un desastre, ups estoy hablando rápido—era muy linda, incluso al ver su cara de niña apenada me hizo sonreír, cosa que muy pocas veces hago
—No te preocupes, estábamos por entrar
—Soy Sol—me tendí la mano y yo el tome, sentí como una corriente eléctrica me recorría el cuerpo, al ver su sonrisa mi mundo se llenó de un sentimiento extraño, olvide que las otras chicas estaban ahí
—Soy Alex—dije un poco nervioso
—Es un gusto—ella miro fijamente nuestras manos aun enlazadas y yo la solté rápidamente...
—bien chicas entremos al Instituto Cervantes New York, entremos por favor
— ¿No dejaras que nos presentemos?—pregunto Sol
—será adentro, primero les mostrare el lugar
—Bueno…
Las lleve a todas las aulas, patio, y gimnasio el parecer les encanto, y creo más que eso les encanto el uniforme, claro aquí eran muy lindos, según decían las chicas, para mí que por esa razón venían todas, no parecían muy interesadas en estudiar, la única que hacía preguntas y se veía animada era Sol… que hermoso nombre tenia… mis amigos Carlos y Antonio llegaron a hablar con las chicas cuando estábamos en la cafetería y para mí era una salvación… me quede solo… decidí sentarme a esperar el inicio de clases… me gustaba estar solo, era muy reconfortante… podía pensar con más calma…
—Hola...! ¿Por qué tan solo? La soledad es mal, reprime los sentimientos
—Bueno es que a mí me gusta la soledad
—No dejare que te reprimas ¿me puedo sentar?—Pregunto, pero ya estaba sentada
—Sí, claro, como quieras
—Dios que gris eres… pero yo hare que cambies—me reí ante ese comentario nadie lo había logrado y era muy imposible
—¿y cómo lo harás?
—Fácil, sonreiré, mi mama dice que mi nombre es Sol, porque cuando nací con mi sonrisa ilumine su vida—La verdad eso si me hizo sonreír ¿pero qué edad tenia esta niña 15?
—se lo que piensas y la verdad tengo 16—¿Cómo hizo eso? El timbre sonó, ya era hora de las clases
—Bueno Sol, ¿no crees que es hora de que vaya a clase?
—Lo haría, pero no se cuál es mi clase
—¿y tú horario?
—Pues, yo, veras, lo perdí—eso también me hizo reír…
La lleve hasta la secretaria para que le dieran otro horario, la primera clase era en el salón que estaba frente al mío, ya no había nadie en los pasillos… entre con ella al salón y le explique a la maestra el retraso, ella comprendió… la chica se sentó y yo me fui a mi clase… teníamos una tarea, crear un poema y yo ya me había inspirado para uno muy lindo… Se llamaría “Mi Sol”
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