Un chico, una rosa y una carta
PV Marie
Habían pasado casi dos meses desde que le
había hablado con la verdad a Luis, empezaba a hacerme a la idea de tener a
alguien que en verdad me proteja y no se vaya a la primera oportunidad, claro
que procuraba no ilusionarme mucho con la idea, puede que en un futuro no
resulte como espero… en las clases me iba mejor de lo que pensaba, pues creía
que todas mis neuronas habían muerto por tantas drogas, pronto habría un viaje
por parte de mi curso, todos habían votado por ir a Washington e ir a un tour
por la casa blanca, a mí la verdad me parecía tonto, pero no me negué, no tenía
muchas ganas de discutir y tampoco me importaba, la relación con mi papá
extrañamente empezaba a mejorar, al parecer había estado yendo a terapia y el
doctor le había recomendado pasar más tiempo conmigo, quizá en verdad quería
cambiar… en todo este tiempo, no había sentido la necesidad de salir corriendo
y buscar algo que me relajara, bueno no tan fuertes, claro que cuando llegaba
la noche y todo se volvía oscuro si quería algo que me hiciera dormir sin
importar que fuera para siempre… aún me
faltaban algunas cosas que cambiar, pero todo debía ir de poco a poco… desayune
con mi padre, luego de que hablara como un loro sobre cómo se la había pasado
en el trabajo toda la semana yo intentaba sonreír… al terminar fui a mi cuarto
por lo que me hacía falta, cuando baje estaba sentado en el sofá con una taza
de café me miro lentamente hasta que hablo
— ¿Hasta cuándo vas a dejar de ocultar tu
belleza?
—Hasta que sea necesario
Me fui al instituto, no sin antes pasar por
un lugar al que hacía mucho no iba… compre unas flores en la entrada y me
encamine, no había nadie ahí, lo cual era raro en esta fecha… me arrodille y
coloque las flores, no pude evitar llorar, siempre lo hacía.
—Sabes Luis es un muy buen amigo, me gusta
pensar que sigue tu causa—hablar sola era algo muy tonto, pero así me
desahogaba—A veces me mira con sus ojos azules y me dice que sin lucha no hay
triunfo, y sé que tiene razón oh y no te preocupes lo obedeceré siempre
Me fui un poco triste... era otro mes
cumplido, el pasado no pude venir, pues estaba recurrida en una cena con mi
padre y no quería decirle que debía ir al cementerio… Cuando llegue al
instituto Luis me esperaba en la puerta como era la costumbre, pero esta vez
del brazo de Lorena, la que antes lo dejo, él no la había olvidado, seguro ella tampoco…
—Hola—Dijo muy animado
—Hola—Dijo Lorena
—Volvieron felicidades—seguí caminando
Tanto dulce amor me causaba nauseas
Ninguno de los dos me prestó atención, pero
tampoco me importaba, me fui al salón y como siempre todos quedaron en silencio
al verme… era un poco estresante ser el centro de atención porque las personas
te creen extraña, ya me gustaría ver a alguno de estos tontos viviendo mi vida,
seguro ya se habrían asesinado… Luis llego al cabo de un rato, me conto sobre
su regreso con Lorena, mientras yo intentaba no prestar atención escribiendo
una nota, la cual le di muy amablemente que decía “NO ME IMPORTA” solo me sonrió
y continuo hablando, la razón porque lo soportaba quizá fuera esa, perseveraba
en todo, no le importaban los no que tuviera en respuesta, tal vez por ello
encontraba fuerzas de algún lugar para seguir... en la hora del receso de nuevo
no me dejo en paz, esta vez para preguntar tonterías
— ¿Por qué Canadá?
—No te lo diré—Desde que le había contado
lo de ángel quería saber porque le recordaba a Canadá, pero eso no se lo diría
—Es que no entiendo, tus ojos son negro,
¿Por qué Canadá?
—Oye, llevas dos meses con la misma
pregunta, ya has otra quieres
—De acuerdo, entonces ¿quieres escuchar una
historia?
— ¿Qué historia?
—La de un chico, una rosa, y una carta
—Haber cuéntala
—Miradas tristes, llovía, en una
habitación, cuando al finalizar la lluvia dejo un arcoíris, floreció una rosa,
la más hermosa, era de color rosa, con tinta negra escribió “Cuando te sientas
sola, háblame, que te estaré escuchando aunque no te pueda ver”
— ¿Esa es la historia?
—Si—Saco algo de su mochila, era una rosa,
la más hermosa que había visto, en el tallo traía una nota—Mira, el chico me la
dio para ti
—Gracias—casi le sonrió, eso era algo que
nadie había hecho por mí…
— ¿iras a la fiesta de gala?
—Qué asco, claro que no
— ¿Por qué no? Ven conmigo, ¿Si? No tengo
pareja
—Déjame pensarlo
La fiesta de gala era para presentar a los
estudiantes, era un poco tonto que la hicieran dos meses después de iniciar
clases, pero algo era algo, yo no quería ir, pero tampoco tenía otra cosa que
hacer, y si había una noche en la que me pudiera alejar de las sombras lo
haría… ese día fue simple como todos… le comente a papá sobre la fiesta y me
animo de inmediato… incluso me compro un vestido, la fiesta era el fin de
semana así que me arreglo un problema… cuando
ese día llego yo estaba lista, le pedí al chofer me llevara al salón de fiestas
en Brooklyn, ahí me esperaba Luis…
—Ya entendí lo de Canadá
—así, dime que es
—Pues es que el color verde te sienta muy
bien— decía eso porque el vestido que usaba era de color verde, con bolados a
un lado, incluso me puse unos viejos tacones que había guardado de mamá
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